Araceli Nuñez, profesora de lenguaje de la Escuela Básica de Pozo Almonte, se refiere a los beneficios de los talleres de Conexium, espacios donde ha recibido asesorías sobre metodologías y prácticas pedagógicas, y donde ha podido compartir experiencias con otros docentes de la escuela y de la comuna. Así también, destaca las actividades interactivas que realiza para mejorar la comprensión lectora, expresión oral, redacción y ortografía de sus estudiantes.
Araceli hace clases de 5to a 8vo básico junto a su marido Leonardo quien también es profesor lenguaje en la escuela y trabaja con los mismos niveles. Leonardo está a cargo de los cursos A, mientras que Araceli de los B. Este trabajo los ha llevado no solo a compartir en casa, sino que también en la escuela, lo que los ha transformado en partners que organizan actividades conjuntas y se mantienen en sintonía para que los niños aprendan lo mismo y participen de las mismas iniciativas.
En el año 2015 Araceli comenzó a hacer clases en la escuela y asumió grandes desafíos. Ella siempre había trabajado en colegios privados y particulares subvencionados haciéndole clases a estudiantes del primer ciclo, pero ahora iniciaba una nueva experiencia con estudiantes del segundo ciclo de una escuela municipal. Al principio tenía miedo porque no sabía cómo sería su relación con alumnos más grandes, pero con el paso del tiempo se dio cuenta que sus estudiantes de la escuela “son como niños” y que la siguen en todas las actividades que propone. Así también descubrió que el sistema municipal le permitía crear y organizar actividades didácticas con mucha más libertad.
“Fue una experiencia nueva muy gratificante porque yo trabajaba en Alto Hospicio y veía que era complejo hacer clases en el segundo ciclo, pero cuando comencé a hacer clases en Pozo Almonte me encontré con niños de 8vo básico que eran niños, que jugaban a pillarse en los recreos; eso me ayudó porque uno puede engancharlos y hacer actividades prácticas en las que aprenden muchísimo. Por otro lado, el desafío de trabajar en una escuela municipal me sirvió porque tengo más libertad que en el mundo privado, siento que en general se escucha más a los docentes y se les apoya cuando quieren hacer otras actividades y cuando proponen iniciativas, es más democrático en ese aspecto”, indicó.
Por otra parte, el principal desafío en el ámbito pedagógico fue encantar a sus estudiantes con la lectura, algo muy necesario ya que leían solo un libro al año y en general no tenían mayores hábitos. En este contexto Araceli junto a Leonardo comenzaron a pensar en actividades interactivas que permitieran estimular a los estudiantes, involucrar a sus familias en los aprendizajes y desarrollar diferentes contenidos y habilidades sobre la expresión, el trabajo en equipo, la participación, el desplante, de modo de convertir a los niños en los protagonistas de su aprendizaje.
Obras de teatro y debates son algunas de las actividades que realizan Araceli y Leonardo con sus estudiantes del segundo ciclo y las que han permitido involucrar a sus familias y mantenerlos enganchados con la asignatura de lenguaje.
“Los niños leían un libro al año, un solo capítulo mensual, cuando deberían leer uno o dos libros mensuales. Estuvimos como dos años tratando de hacer un cambio de mentalidad y buscando estrategias entretenidas donde participaran todos los estudiantes junto a sus familias. Y ha resultado bien, las familias se involucran en los trabajos, vienen a la escuela a contar cuentos, se preocupan de la vestimenta de sus hijos para las obras de teatro. Y los niños disfrutan de las actividades, se aprenden los libretos, ensayan, trabajan en equipo”, agregó.
Talleres y asesorías Conexium
Araceli rescata los talleres y asesorías de Conexium: “Con Francisca Concha venimos trabajando desde el año pasado, teníamos reuniones donde contábamos nuestras prácticas pedagógicas. Uno aprende harto con los colegas y con Francisca, aún recuerdo la primera actividad que organizó donde hicimos una creación grupal de un cuento mediante imágenes, ella plastificó las láminas de un cuento para que nosotros los profesores fuéramos contando la historia. Fue una muy buena experiencia que yo tomé para hacerla con mis estudiantes; me gustó porque desarrollas habilidades, aprendes a trabajar en equipo, a opinar con respeto, a crear.
Son importantes las redes porque nos permiten conversar acerca de las habilidades y actitudes que los niños deberían tener para pasar de un curso a otro, algo fundamental sobre todo en el traspaso de cuarto a quinto básico, y de octavo a primero medio. Por eso este año hemos trabajado juntos profesores del primer ciclo, segundo ciclo y enseñanza media.
Yo participo de la red de lenguaje de Pozo Almonte y creo que al compartir con los colegas puedes saber cómo vas, qué hacer, obtienes ideas y sientes un gran apoyo. Te das cuenta que hay otros profesores que están pasando por las mismas dificultades o por las mismas experiencias exitosas que tú. Esto es muy bueno porque en el día a día la conversación entre colegas es poca, todos estamos pendientes de nuestras clases, planificaciones, de la parte administrativa, entonces sentarse a hablar de estrategias o dinámicas es poco probable.
También me gusta lo que hacemos con los programas de estudio, especialmente este año que trabajamos sobre las priorizaciones curriculares que envió el ministerio. Con Conexium pensamos cómo íbamos a llevar a cabo las clases, y nos fuimos ordenando para saber desde dónde comenzaríamos, cuál sería nuestra base, qué estrategia utilizaríamos y los pasos que daríamos para llegar a un objetivo”.
